El “Fecalismo” es ya un problema de ética política
Publicado en la edición 15 de Entre Líneas
Por Rafael Olivera
ASIGNATURA PRIMERA.-SU ETIMOLOGÍA ES: “FE-CAL” = FELIPE CALDERÓN.
La alegoría, es por toda la suciedad de que se han valido los brillantes publicistas de la campaña calderonista, para, según ellos, restarle popularidad al enemigo a vencer. La intolerancia misma, que tanto critican y abominan, así como las calumnias al grado de pretender confundir a la opinión pública, manipulando dos eventos de nota roja, de narcotráfico, en dos casos muy distantes, en uno con un funcionario menor del D. F., y el otro de decomiso cuantioso de cocaína, en donde paradójicamente sí están involucrados dos funcionarios del gobierno federal, de Conagua, para ser más exactos, y que mañosamente el dirigente panista Manuel Espino lo tergiversó ante los medios. Así se las gastan los castos y puros “níveocelestes”, por su terrible nerviosismo ante la inminente derrota electoral presidencial.
Para delinear más acuciosamente la dizque “moralina” personalidad de Fecal = Felipe Calderón, con la venia del escritor y periodista Federico Arreola (ex director de Milenio Diario), y a quien entrevistamos vía telefónica, retomo uno de los aspectos referidos al candidato panista, con base a lo externado por el político Javier Livas Cantú, quien es militante de ese instituto político. En su libro, Arreola le inquiere a Livas Cantú lo siguiente: -Felipe Calderón es uno de esos panistas guardianes del santo sepulcro- “…Calderón es un producto químicamente puro de la decadente élite panista. Esa élite soberbia, socarrona, obsoleta. De la mística de redención de Gómez Morín, González Luna, González Morfín y Christlieb Ibarrola, quedó el sarcasmo soez del fallecido Castillo Peraza y el mal gusto, la procacidad de Germán Martínez. Casta de encumbrados que se arrogan el derecho de legislar a nivel interno para coartar la libertad de expresión de los demás panistas. La mordaza la extienden hasta sus diputados, como sucede ahora en el caso del antitabacalero diputado Miguel Ángel Toscano, cuyo silencio en la Cámara de Diputados se está orquestando por arreglo de los tres partidos principales. Fatal error de México sería caer en sus manos”.
“…Es el niño consentido de la cúpula más premoderna, esclerótica y testaruda que puede tener cualquier partido político, personificada en don Luis H. Álvarez. El panismo que logró insertar a Calderón como candidato aun a pesar de las graves denuncias de fraude electoral que han quedado impunes- es sin duda alguna el PAN del gradualismo, el de quienes traicionaron el impulso de cambio de Manuel Clouthier, a quince días de su muerte en 1989, y que se amañaron con el PRI para aprobar la contrarreforma del COFIPE en su versión de 1990. Son los mismos que siempre claudicaron ante el hermano mayor PRI. Son aquéllos que ante la impotencia electoral tomaron el camino fácil de las concertacesiones de 1991. Son los que babeaban con la política de “solidaridad” adoptada por Carlos Salinas de Gortari, que devastó el campo mexicano, los que avalaron los despojos que Zedillo le propinó a la nación y que implosionaron la industria nacional. Son los mismos que ofrendaron a Antonio Lozano Gracia como primer Procurador General de la República, de extracción panista, simple remedio cosmético para convalidar una victoria electoral priista financiada con los fraudes bancarios que antecedieron al Fobaproa. Son los mismos que hace poco resintieron como trauma u ofensa personal la llegada de Espino a la presidencia del Consejo Nacional y del CEN, y que ahora se valdrán de la ambición personal de su chamaco consentido para volver a mandar en el PAN.”
El autor del libro 2006 La lucha de la gente contra el poder del dinero, expresa lapidariamente su apreciación acerca de Felipe Calderón Hinojosa, y escribe que de plano, Felipe olvidó su pureza ideológica, cuando exactamente al día siguiente de ganar la postulación como candidato del PAN a la Presidencia de México, buscó a una de las más cuestionadas figuras del PRI, Elba Esther Gordillo, para proponerle una alianza electoral. Y olvidó también su inflexible ética cristiana cuando, violando la normatividad del sector público, aceptó ser nombrado director de Banobras en febrero de 2003, cuya ley orgánica exige a quienes aspiren a ocupar este puesto contar con una experiencia de cinco años en la Banca de Desarrollo, y Calderón no había tenido ninguna. Por otra parte, si sus principios fueran algo más que textos periodísticos o discursos de político, Felipe no hubiera solicitado, en cuanto llegó a la dirección de Banobras, un préstamo de 3 millones de pesos para comprar una casa. Y aunque es una prestación, no tenía el merecimiento por su escaso tiempo laborado ahí. Además, su estricta interpretación de la ética tampoco le ha impedido ayudar a sus familiares a ocupar cargos públicos aunque Felipe Calderón en un mitin en Michoacán, afirmó que en Acción Nacional “se sirve a las personas, no a los grupos o dinastías familiares”. El clásico doble discurso, ya que su hermana es senadora, su hermano ha sido diputado, su esposa también, su suegro participó en la Cámara y su cuñado ha sido apoyado por Felipe para conseguir empleo en el gobierno federal. Poco le aprendió a su padre, Luis Calderón Vega, uno de los fundadores del PAN. En fin, como es su esencia, un doble rasero, una doble moral, que les es característico a los inmaculados que se erigen como paradigmas de la moralidad, nada más alejado de la realidad que observamos.
Citando al poeta cubano, concluyo: “Me vienen a convidar a arrepentirme/ me vienen a convidar a que no pierda/ me vienen a convidar a indefinirme/ me vienen a convidar a tanta mierda…” Es cuanto.
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