“SUFRAGIO EFECTIVO, NO CALDERÓN”
Publicado en la edición Impresa #16 de Entre Líneas
POR RAFAEL OLIVERA ÁVILA
ASIGNATURA PRIMERA.-NO ES UN LLAMADO A LA VIOLENCIA.
Es un llamado a la conciencia, y sin duda es una convocatoria a la reflexión, para que no se repita más una situación de despojo como la que se dio en 1988, cuando se perpetró el fraude electoral para legitimar al gran usurpador que fue Carlos Salinas de Gortari. La asamblea informativa a la que se invitó para el día 8 de julio, en el zócalo capitalino, resultó ser un termómetro del nivel de indignación que ha concitado el show montado por el gobierno federal, cuyos actores principales son el IFE y algunos personajes de los partidos políticos que avalaron de facto, un proceso que todavía está inacabado.
Desde las entrañas del país, escribo estas líneas, testificando la observación y la percepción que de este evento y su magnitud se tienen. Primeramente he de decir, que en la concurrencia desde varios puntos de la República, fueron partícipes quienes de alguna u otra manera tuvieron en sus manos la promoción del voto a favor de la coalición Por el Bien de Todos, y quienes tenían la consigna de la defensa de ese voto. Con reuniones previas a la asamblea informativa, se dieron cita los diversos operadores de las entidades federativas con los encargados de cada región, para rendir su parte informativo, esto es, para testimoniar y documentar el sinfín de triquiñuelas, de acciones tramposas que se multiplicaron a lo largo y ancho del país. Lo mismo en Sonora, que en Sinaloa, Baja California, Nayarit, Colima, y Guanajuato, las irregularidades se repitieron una a una, como el hecho de anotar más votos que los que tenía el candidato del PAN, en las actas electorales, y en contraparte se eliminaban las centenas en la cifra de votación para la Coalición.
De viva voz escuchamos, a quien participó en Colima, en donde el propio gobernador admitía “en corto”, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, pero que a la hora de contrastar las actas de la contienda, se dio un entrampamiento amañado y ordenado desde el propio IFE, provocando una lentísima revisión que resultó infructuosa. Y qué decir de la cuna del panismo, de la escandalosa campaña en León, Guanajuato, que estuvo a cargo de los sacerdotes desde los púlpitos de los templos, “predicando” las bondades del candidato de la estabilidad y demás tonterías, contrastándolo con el candidato que afectaría hasta la propiedad privada de la feligresía. Pero ahí no paraba la ilegal injerencia del clero, sino que además se valieron de las monjas para “volantear” hasta en la madrugada, escritos que no precisamente transmitían la palabra del “señor”, sino que eran burdos libelos para desprestigiar infundadamente al candidato de la oposición. Inclusive en Nayarit, en donde los resultados fueron muy favorables al candidato de la izquierda, hubo trampas que después de la revisión aportaron todavía más votos para dicha candidatura.
Desde nuestra salida del aeropuerto de Tijuana, hubo muestras de apoyo a quienes portaban camisetas amarillas alusivas al “conteo voto por voto”, con la tácita aprobación tanto de quienes documentaban los boletos, como de quienes revisaban el equipaje, es más, hasta de la tripulación del aeronave en la que se viajó. Aunado a esto, coincidimos en la fila de tres asientos con un personaje de la política (diputado panista), con quien conversamos durante nuestro viaje –sin saber su afiliación, ni él nuestro oficio- asombrándonos su postura política en concordancia con la nuestra de contar voto por voto para que no quede duda de la legitimidad de la elección presidencial. A nuestro arribo al DF, con más notoriedad se hicieron patentes las muestras de apoyo a esa causa. Nos dimos cita en el zócalo, dificultándose el abrirse paso para estar cerca del templete, pues era un mar de gente congregada para un mismo fin, participar en la asamblea y principalmente demostrarle a Andrés Manuel López Obrador, que “no está solo”. Esta frase fue repetida en la multitud, y nacía apenas como un murmullo que se escuchaba a lo lejos, y que aumentaba de volumen conforme se acercaba a nuestros oídos, provocando una sensación de azoro y cuyos decibeles percibíamos atronadoramente.
¡Fraude! ¡Fraude!, ¡Si no hay solución, habrá revolución!, ¡No al pinche fraude electoral!, ¡Pre-si-den-te! ¡Pre-si-den-te! fueron algunas de las consignas más repetidas, sin faltar el: ¡Fuera Televisa!, medio de comunicación fuertemente repudiado por su obvia parcialidad para legitimar un proceso inconcluso. En un silencio digno de encomio se escuchó la audiograbación que documenta como se operó la elección de Estado, cuya interlocución entre Elba Esther Gordillo Morales, “la corruptora de mentores”, y el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, no deja lugar a dudas. Y en un segundo audio, se escuchó al mismo gobernador priista, pero en conversación con el titular de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal, Pedro Cerisola, en abierta y descarada comunión de intereses partidistas a favor del abucheado Calderón Hinojosa.
La participación del escritor Fernando del Paso fue significativa por el contenido de sus palabras. Siendo el preludio para el mensaje del personaje político de mayor relevancia en estos momentos, y cuya convocatoria fue atendida por los cientos de miles congregados ahí, para demostrarle una vez más que no ha arado en el desierto. Su discurso fue escuchado atentamente por los presentes en la plancha del zócalo y por quienes sólo habían podido llegar hasta las calles colindantes. Por medios propios, sufragando cada quien sus gastos, fueran de donde fueran, ofende que se hubiera difundido en una radiodifusora que les habrían “pagado” cincuenta pesos por acudir, descalificando la dignidad, la solidaria actitud cívica y política de los participantes, cuyas condiciones sociales disímbolas ahí resultaron igualitarias, en torno a un sólo fin, al único propósito fundamental, limpiar la elección, legitimar el triunfo de quien representa la opción por los pobres. El acuerdo unánime fue entonces, realizar la movilización por la democracia, el miércoles, desde todo el territorio nacional confluyendo el próximo domingo en el corazón de la nación. Ahí estaremos. Es cuanto.
POR RAFAEL OLIVERA ÁVILA
ASIGNATURA PRIMERA.-NO ES UN LLAMADO A LA VIOLENCIA.
Es un llamado a la conciencia, y sin duda es una convocatoria a la reflexión, para que no se repita más una situación de despojo como la que se dio en 1988, cuando se perpetró el fraude electoral para legitimar al gran usurpador que fue Carlos Salinas de Gortari. La asamblea informativa a la que se invitó para el día 8 de julio, en el zócalo capitalino, resultó ser un termómetro del nivel de indignación que ha concitado el show montado por el gobierno federal, cuyos actores principales son el IFE y algunos personajes de los partidos políticos que avalaron de facto, un proceso que todavía está inacabado.
Desde las entrañas del país, escribo estas líneas, testificando la observación y la percepción que de este evento y su magnitud se tienen. Primeramente he de decir, que en la concurrencia desde varios puntos de la República, fueron partícipes quienes de alguna u otra manera tuvieron en sus manos la promoción del voto a favor de la coalición Por el Bien de Todos, y quienes tenían la consigna de la defensa de ese voto. Con reuniones previas a la asamblea informativa, se dieron cita los diversos operadores de las entidades federativas con los encargados de cada región, para rendir su parte informativo, esto es, para testimoniar y documentar el sinfín de triquiñuelas, de acciones tramposas que se multiplicaron a lo largo y ancho del país. Lo mismo en Sonora, que en Sinaloa, Baja California, Nayarit, Colima, y Guanajuato, las irregularidades se repitieron una a una, como el hecho de anotar más votos que los que tenía el candidato del PAN, en las actas electorales, y en contraparte se eliminaban las centenas en la cifra de votación para la Coalición.
De viva voz escuchamos, a quien participó en Colima, en donde el propio gobernador admitía “en corto”, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, pero que a la hora de contrastar las actas de la contienda, se dio un entrampamiento amañado y ordenado desde el propio IFE, provocando una lentísima revisión que resultó infructuosa. Y qué decir de la cuna del panismo, de la escandalosa campaña en León, Guanajuato, que estuvo a cargo de los sacerdotes desde los púlpitos de los templos, “predicando” las bondades del candidato de la estabilidad y demás tonterías, contrastándolo con el candidato que afectaría hasta la propiedad privada de la feligresía. Pero ahí no paraba la ilegal injerencia del clero, sino que además se valieron de las monjas para “volantear” hasta en la madrugada, escritos que no precisamente transmitían la palabra del “señor”, sino que eran burdos libelos para desprestigiar infundadamente al candidato de la oposición. Inclusive en Nayarit, en donde los resultados fueron muy favorables al candidato de la izquierda, hubo trampas que después de la revisión aportaron todavía más votos para dicha candidatura.
Desde nuestra salida del aeropuerto de Tijuana, hubo muestras de apoyo a quienes portaban camisetas amarillas alusivas al “conteo voto por voto”, con la tácita aprobación tanto de quienes documentaban los boletos, como de quienes revisaban el equipaje, es más, hasta de la tripulación del aeronave en la que se viajó. Aunado a esto, coincidimos en la fila de tres asientos con un personaje de la política (diputado panista), con quien conversamos durante nuestro viaje –sin saber su afiliación, ni él nuestro oficio- asombrándonos su postura política en concordancia con la nuestra de contar voto por voto para que no quede duda de la legitimidad de la elección presidencial. A nuestro arribo al DF, con más notoriedad se hicieron patentes las muestras de apoyo a esa causa. Nos dimos cita en el zócalo, dificultándose el abrirse paso para estar cerca del templete, pues era un mar de gente congregada para un mismo fin, participar en la asamblea y principalmente demostrarle a Andrés Manuel López Obrador, que “no está solo”. Esta frase fue repetida en la multitud, y nacía apenas como un murmullo que se escuchaba a lo lejos, y que aumentaba de volumen conforme se acercaba a nuestros oídos, provocando una sensación de azoro y cuyos decibeles percibíamos atronadoramente.
¡Fraude! ¡Fraude!, ¡Si no hay solución, habrá revolución!, ¡No al pinche fraude electoral!, ¡Pre-si-den-te! ¡Pre-si-den-te! fueron algunas de las consignas más repetidas, sin faltar el: ¡Fuera Televisa!, medio de comunicación fuertemente repudiado por su obvia parcialidad para legitimar un proceso inconcluso. En un silencio digno de encomio se escuchó la audiograbación que documenta como se operó la elección de Estado, cuya interlocución entre Elba Esther Gordillo Morales, “la corruptora de mentores”, y el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, no deja lugar a dudas. Y en un segundo audio, se escuchó al mismo gobernador priista, pero en conversación con el titular de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal, Pedro Cerisola, en abierta y descarada comunión de intereses partidistas a favor del abucheado Calderón Hinojosa.
La participación del escritor Fernando del Paso fue significativa por el contenido de sus palabras. Siendo el preludio para el mensaje del personaje político de mayor relevancia en estos momentos, y cuya convocatoria fue atendida por los cientos de miles congregados ahí, para demostrarle una vez más que no ha arado en el desierto. Su discurso fue escuchado atentamente por los presentes en la plancha del zócalo y por quienes sólo habían podido llegar hasta las calles colindantes. Por medios propios, sufragando cada quien sus gastos, fueran de donde fueran, ofende que se hubiera difundido en una radiodifusora que les habrían “pagado” cincuenta pesos por acudir, descalificando la dignidad, la solidaria actitud cívica y política de los participantes, cuyas condiciones sociales disímbolas ahí resultaron igualitarias, en torno a un sólo fin, al único propósito fundamental, limpiar la elección, legitimar el triunfo de quien representa la opción por los pobres. El acuerdo unánime fue entonces, realizar la movilización por la democracia, el miércoles, desde todo el territorio nacional confluyendo el próximo domingo en el corazón de la nación. Ahí estaremos. Es cuanto.
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