EL BONO SEXENAL ES SÓLO PARA LOS ACHICHINCLES DE FOX
ASIGNATURAS PENDIENTES
POR RAFAEL OLIVERA ÁVILA
ASIGNATURA PRIMERA.-SEGURAMENTE POR SUS BUENOS OFICIOS.
Ayer (viernes 13), nos amanecimos con varias noticias desafortunadas, en un país muy distante del que únicamente percibe “la pareja presidencial” (85% progesterona = Marta y 15 % testosterona = Vicente) la “Foxilandia” del cuento vicentino que nos recetan los medios de comunicación a mañana, tarde, noche y madrugada. Una de ellas, la comezón del legislador “panista-fascista” Héctor Larios, para que entren en acción las fuerzas represoras del Estado contra los insurrectos de Oaxaca. Otra, la ocurrencia del gobernador de esa entidad federativa, que quién sabe dónde, cuándo y cómo desgobierna, pero que recibe en hangares gubernamentales a comisiones senatoriales que quieren ver “con sus propios ojos” (dijera el de las botas) la realidad oaxaqueña.
Una noticia más cercana, que nos asombra, es la que nos informa acerca de las pillerías de Ernesto Ruffo Appel, quien por obra y gracia del espíritu santo (pero de Carlos Salinas de Gortari), siendo panista gobernó nuestra entidad en los tiempos del priismo, logrando a la distancia acumular grandes riquezas, al grado de ser ahora un magnate de altos vuelos como lo demuestra su inminente inversión para la construcción de un aeropuerto en Punta Colonet, Emilio Ulloa Pérez, diputado que puso el dedo en la llaga, dijo: “… el bandido, Ruffo Apel está planteando la construcción de un aeropuerto internacional de carga, donde él es el socio. Lo más delicado es que Ruffo Apel adquirió mil 315 hectáreas a un costo de 3 millones de dólares, y actualmente esos terrenos están valuados en más de 100 mil millones de pesos. Es decir, el negocio de la vida”. Siendo comisionado para asuntos de la frontera norte, Ernesto Ruffo acumuló información de la problemática portuaria que enfrenta la importación y exportación de mercancías en los litorales mexicanos. Para el año 2003, argumentando motivos de salud abandonó el cargo federal para relacionarse con el ex diputado César Patricio Reyes. Ambos personajes se asociaron con el consorcio Hutchison Port Holdings (HPH), cuyo dueño es el magnate multimillonario, de origen chino, Li Ka Shing. La acusación contra Rufo, es por tráfico de influencias, por supuesto.
La peor de todas, es la mala noticia referente a la suspensión del pago del “bono sexenal” a los empleados federales, noticia que ya le dio la vuelta al mundo, gracias a los buenos oficios del personaje que es parodia del verdadero “Tata”, el ilustrísimo vocero gerencial Rubén Aguilar, quien alertó del trágico asunto. Sin embargo, lo paradójico es lo que a continuación nos da cuenta la prensa nacional, fíjense bien:
“Sin esconder su gusto por los trajes de diseñador y los autos de lujo, el líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala, amenazó nuevamente al gobierno federal con organizar un paro nacional si se niega a un millón 800 mil burócratas un bono de 2 mil 500 pesos, y se insiste en retribuir con gratificaciones de entre 2 y 3 millones a 150 mil funcionarios de alto nivel, entre ellos el ex canciller Jorge G. Castañeda, la ex titular de Sedeso Josefina Vázquez Mota o el propio Felipe Calderón, quien fue secretario de Energía. Mermado en su liderazgo sobre los burócratas, luego de que Elba Esther Gordillo le quitara agremiados al formar la Federación Democrática de Trabajadores al Servicio del Estado, el elegante Joel Ayala, quien ha brincado del Senado a la Cámara de Diputados sin elección de por medio, se dijo ‘indignado’ por el trato que Vicente Fox pretende dar a enfermeras, maestros y otros burócratas de base, al negarles un derecho adquirido desde hace más de cinco administraciones” (La Jornada 13-10-06).
Joel Ayala recordó que son justamente los burócratas de base los que sacan adelante los programas de gobierno y hacen posible que todas las acciones -precisamente de las instituciones- funcionen, y que el bono para ellos tendría un costo de 4 mil 500 millones de pesos, es decir, casi 3 mil millones de pesos más de lo que costó esta compensación en las postrimerías del gobierno de Ernesto Zedillo. Advierte Ayala que si es necesario un movimiento nacional, él va a estar al frente, pero el martes tienen una cita, el propio coordinador Emilio Gamboa (el “papito” amigo íntimo de Kamel Nacif), con el secretario de Hacienda. Van a privilegiar el diálogo, como se ha hecho con los incrementos salariales. No es amenaza, simplemente van a insistir en que si no hay bono la gente se va a levantar en todo el país. De por sí están muy tensos por los ingresos tan bajos que tienen. Si la torpeza sigue, los van a obligar a alterar la vida institucional de la nación, amenazó. A fines del sexenio pasado, los fondos finalmente salieron de la entonces Aseguradora Hidalgo, ahora Metlife, la cual aportó los mil 600 millones de pesos para pagar el bono sexenal a un millón 600 mil burócratas. En opinión de Ayala, esta compensación ayudaría de manera importante a la economía de los trabajadores, y resaltó que la petición de su otorgamiento es una posición de carácter colectivo.
Las palabras lapidarias que soltó Vicente Fox, tan verborreico como ha demostrado ser, no se nos han olvidado todavía, cuando a pregunta expresa del conductor de TV Azteca, el gritón de la noticia, de apellido Alatorre, en los albores de su sexenio (convertido en trienio), al cuestionarlo acerca de los sueldos tan altos para los funcionarios del fallido “gabinetazo”, Vicente Fox, con una desfachatez propia del más taimado de los cínicos, le contestó que se asignaban esos sueldos porque “ellos no cobraban sueldos para mediocres”, ofendiendo sin empacho alguno, a los millones de trabajadores que en este país apenas reciben el salario mínimo, como si la pobreza y la miseria fuera cuestión de mediocridad personal, negando la infinidad de factores que inciden para que persista el modelo neoliberal productor natural de marginados y del abismo cada vez mayor, entre los que poseen todo y los que nada tienen. En fin, ya le falta menos. Es cuanto.
POR RAFAEL OLIVERA ÁVILA
ASIGNATURA PRIMERA.-SEGURAMENTE POR SUS BUENOS OFICIOS.
Ayer (viernes 13), nos amanecimos con varias noticias desafortunadas, en un país muy distante del que únicamente percibe “la pareja presidencial” (85% progesterona = Marta y 15 % testosterona = Vicente) la “Foxilandia” del cuento vicentino que nos recetan los medios de comunicación a mañana, tarde, noche y madrugada. Una de ellas, la comezón del legislador “panista-fascista” Héctor Larios, para que entren en acción las fuerzas represoras del Estado contra los insurrectos de Oaxaca. Otra, la ocurrencia del gobernador de esa entidad federativa, que quién sabe dónde, cuándo y cómo desgobierna, pero que recibe en hangares gubernamentales a comisiones senatoriales que quieren ver “con sus propios ojos” (dijera el de las botas) la realidad oaxaqueña.
Una noticia más cercana, que nos asombra, es la que nos informa acerca de las pillerías de Ernesto Ruffo Appel, quien por obra y gracia del espíritu santo (pero de Carlos Salinas de Gortari), siendo panista gobernó nuestra entidad en los tiempos del priismo, logrando a la distancia acumular grandes riquezas, al grado de ser ahora un magnate de altos vuelos como lo demuestra su inminente inversión para la construcción de un aeropuerto en Punta Colonet, Emilio Ulloa Pérez, diputado que puso el dedo en la llaga, dijo: “… el bandido, Ruffo Apel está planteando la construcción de un aeropuerto internacional de carga, donde él es el socio. Lo más delicado es que Ruffo Apel adquirió mil 315 hectáreas a un costo de 3 millones de dólares, y actualmente esos terrenos están valuados en más de 100 mil millones de pesos. Es decir, el negocio de la vida”. Siendo comisionado para asuntos de la frontera norte, Ernesto Ruffo acumuló información de la problemática portuaria que enfrenta la importación y exportación de mercancías en los litorales mexicanos. Para el año 2003, argumentando motivos de salud abandonó el cargo federal para relacionarse con el ex diputado César Patricio Reyes. Ambos personajes se asociaron con el consorcio Hutchison Port Holdings (HPH), cuyo dueño es el magnate multimillonario, de origen chino, Li Ka Shing. La acusación contra Rufo, es por tráfico de influencias, por supuesto.
La peor de todas, es la mala noticia referente a la suspensión del pago del “bono sexenal” a los empleados federales, noticia que ya le dio la vuelta al mundo, gracias a los buenos oficios del personaje que es parodia del verdadero “Tata”, el ilustrísimo vocero gerencial Rubén Aguilar, quien alertó del trágico asunto. Sin embargo, lo paradójico es lo que a continuación nos da cuenta la prensa nacional, fíjense bien:
“Sin esconder su gusto por los trajes de diseñador y los autos de lujo, el líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala, amenazó nuevamente al gobierno federal con organizar un paro nacional si se niega a un millón 800 mil burócratas un bono de 2 mil 500 pesos, y se insiste en retribuir con gratificaciones de entre 2 y 3 millones a 150 mil funcionarios de alto nivel, entre ellos el ex canciller Jorge G. Castañeda, la ex titular de Sedeso Josefina Vázquez Mota o el propio Felipe Calderón, quien fue secretario de Energía. Mermado en su liderazgo sobre los burócratas, luego de que Elba Esther Gordillo le quitara agremiados al formar la Federación Democrática de Trabajadores al Servicio del Estado, el elegante Joel Ayala, quien ha brincado del Senado a la Cámara de Diputados sin elección de por medio, se dijo ‘indignado’ por el trato que Vicente Fox pretende dar a enfermeras, maestros y otros burócratas de base, al negarles un derecho adquirido desde hace más de cinco administraciones” (La Jornada 13-10-06).
Joel Ayala recordó que son justamente los burócratas de base los que sacan adelante los programas de gobierno y hacen posible que todas las acciones -precisamente de las instituciones- funcionen, y que el bono para ellos tendría un costo de 4 mil 500 millones de pesos, es decir, casi 3 mil millones de pesos más de lo que costó esta compensación en las postrimerías del gobierno de Ernesto Zedillo. Advierte Ayala que si es necesario un movimiento nacional, él va a estar al frente, pero el martes tienen una cita, el propio coordinador Emilio Gamboa (el “papito” amigo íntimo de Kamel Nacif), con el secretario de Hacienda. Van a privilegiar el diálogo, como se ha hecho con los incrementos salariales. No es amenaza, simplemente van a insistir en que si no hay bono la gente se va a levantar en todo el país. De por sí están muy tensos por los ingresos tan bajos que tienen. Si la torpeza sigue, los van a obligar a alterar la vida institucional de la nación, amenazó. A fines del sexenio pasado, los fondos finalmente salieron de la entonces Aseguradora Hidalgo, ahora Metlife, la cual aportó los mil 600 millones de pesos para pagar el bono sexenal a un millón 600 mil burócratas. En opinión de Ayala, esta compensación ayudaría de manera importante a la economía de los trabajadores, y resaltó que la petición de su otorgamiento es una posición de carácter colectivo.
Las palabras lapidarias que soltó Vicente Fox, tan verborreico como ha demostrado ser, no se nos han olvidado todavía, cuando a pregunta expresa del conductor de TV Azteca, el gritón de la noticia, de apellido Alatorre, en los albores de su sexenio (convertido en trienio), al cuestionarlo acerca de los sueldos tan altos para los funcionarios del fallido “gabinetazo”, Vicente Fox, con una desfachatez propia del más taimado de los cínicos, le contestó que se asignaban esos sueldos porque “ellos no cobraban sueldos para mediocres”, ofendiendo sin empacho alguno, a los millones de trabajadores que en este país apenas reciben el salario mínimo, como si la pobreza y la miseria fuera cuestión de mediocridad personal, negando la infinidad de factores que inciden para que persista el modelo neoliberal productor natural de marginados y del abismo cada vez mayor, entre los que poseen todo y los que nada tienen. En fin, ya le falta menos. Es cuanto.
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